sábado, 12 de abril de 2014

Knock Knock...

Knock knock,
es la historia de un niño moreno,
que se sintió dejado de lado,
y así fue un año,
y otro, y otro, y uno más,
así hasta los ocho.

Knock knock,
es la secuela de un niño,
maduro para su edad,
demasiado sensible para un mundo tan duro,
demasiado pequeño para la tragedia y su rostro
amenazante e inmenso,
knock knock,
que lloraba, y lloraba,
y rezaba por una solución,
al cielo que lo traicionaba,
y un niño rubio lo acompañaba,
y fue su salvación,
pero el niño siguió sintiéndose sólo,
castigado por el Dios en el que había confiado,

Knock knock,
es la historia entre líneas,
de la influencia, el arte, la familia, la música y las películas,
la madurez y el niño moreno y su amigo el niño rubio,
y el zorro que ambos hospedan dentro
de las chicas y los nudos que ellas aprietan y sueltan
sin ni siquiera saberlo,
con un movimiento brusco de su pelo;
Knock knock es una historia increíble,
y real,
de un niño que optó seguir adelante como camino,
y de las metas que se puso para que existiese tal recorrido,
de la comprensión que le otorgaba lo ficticio,
incluso de la compañía solitaria de él mismo,
de la autodestrucción y del abismo,
que en su adolescencia conoció sin previo aviso,
pues sabía que el camino no era fácil,
pero no sabía que fuesen sus propias manos las que le bloquearían
durante una temporada el recorrido,

Knock knock,
es la historia sobre la inteligencia ante todo,
y sobre cómo valorar tu pasado, tu presente,
y un futuro el cuál seguramente ni esté en tus manos,
al menos no del todo.

Knock knock,
es el relato sobre el eterno abandono,
sobre pisotear fuerte y amar tu terreno,
pues eres tú quién ha sobrevivido después de todo,
del falso orgullo propio,
y no por ello menos sentido,
Knock knock es la narración presente
de la traición del pasado,
que ahora siente que se repite,
de una amistad imposible,
pues Knock knock,
es una historia sobre un niño moreno,
cuyo único amigo verdadero,
y sus sueños, y sus caídas, y sus triunfos,
y sus amigos y enemigos,
y sus luchas y sus risoteos,
vivían pintados en miles de folios blancos,
agrupados en eternos tomos.

Knock knock es, sin duda alguna,
y con mucho orgullo en el portador de la tinta que lo escribe,
la increíble historia, el libro,
de un niño moreno que decide seguir adelante,
a pesar de sentirse sólo y abandonado y traicionado y sin rumbo,
cuando sale de los folios.

-G.U.B-

A Glimpse of What Cool Emptiness Looks Like in my Inner self.

Ojalá pudiera poseer una premonición divina,
una visión o cualquier tontería,
un fotograma que revelase mi media vida,
que hablase de mis maravillas,
tanto en altamar como en la orilla,
mas ¡qué tibia se presenta la noche!
al parpadear un segundo,
y no ver nada al abrir los ojos,
y deslumbrar mi ida,
dándole la espalda a la oscuridad,
mas en ella puedo ver una entidad
morena o de piel clara,
pelirroja o rubia como la birra en barra,
[escurridiza, tiembla y suda]
que viene como quien anda,
y cómo viene, andando se esfuma,
puede ser tímida u osada,
[que sea lo que quiera]
porque es una simple visión,
y una visión en la cama no sabe a nada.

Que vuelva, ¡que vuelva ella!
que nadie lee ya mis mierdas,
[pues tampoco tengo ingenio suficiente para escribir muchas de ellas]
que a nadie más le importan,
mi cabeza se ha tomado una pausa,
[tanto soñar despierta le sombrea el alma]
Ni siquiera a mí me importan,
tan sólo las vivo y escribo sobre ellas,
pero ella si importa, ¡que vuelva ella!
por una décima de segundo, es suficiente,
[nuestra existencia, aunque dolorosa, ¡es demasiado corta!]
tiemblen las columnas de la razón,
escribo verso en prosa,
no responden los gritos de ayuda,
mas que con soledad y niebla pura,
que gris se vuelve todo si falta ella,
que duro, que rastrero,
que si me atropella la carroza del embelesamiento
adormilado de mí, ni me entero...

Despierta, despierta idiota, ya es hora,
un monstruo ruge en tus entrañas,
pidiendo desgarrar barreras que aún no están rotas,
¡Levanta! ¡Despierta idiota!
Escucha al zorro, incendia tu aura,
decide con fervor, cántale a un barco al alba,
queda en ridículo, encapricha tu alma,
no sueñes con tintas secas,
¡humedece la pluma de tu sesera!
escribe algo malo, y con orgullo exclama:
¡Es mío, yo soy el autor nefasto de esta penosa obra!
Recuerda tus grandes aspiraciones de arte,
mientas proclamas tu existencia de renombre,
[sin identificación oficial en la cartera]
a un economista en bancarrota,
grita un sin sentido, y que suene gentil,
haz de tu escasa cordura
[y la de la gente de la que te rodeas]
una elegante rima que viste rojo y negro y locura,
perdura,
en ti, en todas las capas de la cebolla,
en tus amistades, si alguna vez tuviste esa fortuna,
y presume ante el espejo de que juraste
proclamarte rey de tu voluntad de fuego,
y que si no cumplías te desenterrabas,
de tu vanidoso cuerpo sin certificado de nacimiento,
¡Ríe, amigo de ti mismo! ¡Burla éste sin sentido!
Pues mientras lees lo que escribes,
miles de voces rondan tu cabeza,
pero ninguna es real,
aunque nadie tenga esa certeza;

Tú, Rey de tu incandescente y pegajosa Voluntad,
que hace arder lo que toca,
escucha lo que la música en tu interior te pida,
sé fuerte, sufre y ansía calma tras la tormenta,
supérate en la más insignificante pelea y tarea,
baila la música con la que tu interior adorne tu vida,
y protégenos a nosotros, tus locos y dispares poemas,
tus locas y dispares ideas y ambiciones y estrellas,
tus mujeres imaginarias,
esas que en la noche abrazándote por la espalda acechan,
protégenos, las hijas de tu Voluntad,
llamas chisporroteantes de tu esencia,
pues somos los preciados tesoros de tu cabeza,
[tu armonía, tu ironía, tu existencia]
víctimas y producto de toda Ausencia.